[basel_title title=»El Tiempo desde sus Orígenes» after_title=»El mundo de la relojería tiene orígenes muy interesantes, desde épocas inmemorables el hombre ha buscado la forma de dominar el tiempo y utilizarlo a su favor; logrando al día de hoy, capturarlo en los guardatiempos, mas nunca detenerlo.
Desde sus inicios, el arte de la relojería ha estado en constante evolución y es que, según los expertos, el primer instrumento para medir el tiempo data de la antigüedad egipcia, en donde utilizaban los relojes de sol como herramienta para posteriormente, innovar con la clepsidra y los relojes de arena, hasta llegar a los increíbles guardatiempos que conocemos y podemos apreciar hoy en día.
En esta edición, retrocedemos en la historia para conocer los orígenes de las primeras piezas de las colecciones más icónicas que, hasta el día de hoy, siguen siendo muestra de que la maestría en la relojería, no tiene fecha de caducidad.»]Audemars Piguet – Royal Oak
En la década de los 70s, cuando la industria de la relojería se encontraba en una época de retos derivados de la denominada “Crisis del Cuarzo”, Audemars Piguet sabía que se requería de un cambio drástico para mantener la fuerza de su historia y legado a flote.
Con un cambio disruptivo en mente que le permitiera adentrarse en un mercado altamente competido y demandante, AP buscó satisfacer estas altas expectativas creando un reloj de acero de lujo. Como responsable de lograr esta compleja misión, la firma eligió a Gerald Genta y su deslumbrante historial de diseños relojeros extremadamente exitosos para crear el nuevo modelo que se convertiría en ícono de la Manufactura del Vallée de Joux.
Sería en 1972, en vísperas de la feria anual de relojería suiza que a la postre se convertiría en Basel World, Gerald Genta creó el legendario Royal Oak, un reloj que él mismo denominaría como su obra maestra.
El reloj de diseño deportivo fabricado en acero está inspirado en un casco de buceo clásico, destacando por su emblemático bisel octagonal asegurado por ocho tornillos. En su modelo original, el Royal Oak tenía tan sólo 7mm de grosor, que en aquella época, era considerado grande para su caja de 39 mm; sin embargo, su brazalete integrado y complejo, usado aún en los modelos recientes de la colección, dotó de gran carácter y memorabilidad a esta familia de guardatiempos de Audemars Piguet que rompió los códigos de la relojería y se ha posicionado como un ícono moderno de la industria.
Franck Muller – Crazy Hours
Concebida por el fundador de la marca, Franck Muller, mientras vacacionaba en Mauricio, la complicación Crazy Hours desafía la medición convencional del tiempo con un diseño que busca expresar su concepto como una construcción abstracta en que el tiempo es, primordialmente, lo que uno hace de él.
Desde su origen en 2003, Crazy Hours ha trascendido en la historia de la relojería con su módulo de hora de salto en un movimiento automático en que la manecilla de las horas salta entre los numerales acomodados de forma no tradicional para señalar el número correcto de la hora, mientras que la manecilla de los minutos gira alrededor del dial en un ciclo tradicional de 60 minutos. Aunque los números de las horas parecen estar colocados al azar, hay una secuencia para las horas «locas»: cada número subsiguiente se coloca en un arco de aproximadamente 150 grados del número anterior.
Sin duda, Crazy Hours es el reloj más emblemático de la manufactura suiza: un reloj como ningún otro que pone a prueba la maestría de sus creadores para sorprender a los amantes de los guardatiempos con su forma única de leer la hora. Esta colección encarna por completo los valores fundamentales de Franck Muller llenando de emociones a quien la porta a través de su mecanismo inteligente y complejo.
TAG Heuer – Carrera 1963
Los ingeniosos maestros relojeros de TAG Heuer junto a Jack Heuer conjugaron velocidad, elegancia y precisión en 1963 para dar vida a una leyenda del automovilismo con el primer cronógrafo deportivo diseñado específicamente para pilotos profesionales y simpatizantes del deporte motor: el TAG Heuer Carrera.
La historia de esta emblemática colección inició desde 1950, cuando se celebró la Carrera Panamericana por primera vez y la cual reunía a los conductores más intrépidos para recorrer a carretera abierta México, cubriendo más de 3500 kilómetros con condiciones de seguridad sumamente precarias. A pesar del gran atractivo que suponía esta carrera para los profesionales que participaban en ella, finalmente en 1954 fue clausurada por el alto peligro de su recorrido, así como por la pérdida de más de dos docenas de personas a lo largo de los cinco años que se celebró.
La mística, el atrevimiento y los relatos de alta velocidad de este evento inspiraron a Jack Heuer para crear un reloj que cumpliera con las exigencias de alto octanaje del automovilismo, llevándolo a crear el Heuer Carrera ref. 2447 en 1963. Priorizando la legibilidad y el funcionamiento de esta pieza, el diseño presentaba una esfera limpia y ordenada alojada en una caja de acero de 36 mm con marcadores aplicados y subesferas ligeramente escalonados.
Hoy en día, el Carrera se mantiene como un ícono de TAG Heuer en un claro y legendario manifiesto del estrecho vínculo de la marca con el deporte motor. Con una marcada evolución a través de los años, las diferentes ejecuciones de Carrera han logrado trascender en la historia de la relojería moderna conservando el ADN original de la colección al tiempo que continúa conquistando a los amantes del automovilismo con tecnología de movimiento mejorada y nuevos materiales de caja.
