Es lógico que los relojes esqueletizados resulten especialmente atractivos, ya que exponen toda la complejidad mecánica. En los 22 años transcurridos desde que Pascal Raffy tomó el mando de BOVET, ha insistido en asegurarse de que el movimiento sea visible y que su alto pedigrí relojero esté abierto a la admiración, al mismo tiempo que ha reforzado el compromiso de la Casa con las artes decorativas. Dado este enfoque en el arte mecánico, puede parecer un poco sorprendente que el nuevo BOVET 1822 Virtuoso XI sea el primer reloj de esqueleto completo que la Casa haya presentado.
El delicado baile al esqueletizar un movimiento es eliminar suficiente material para mejorar la estética y mostrar completamente el funcionamiento interno, manteniendo al mismo tiempo el movimiento lo suficientemente robusto como para funcionar impecablemente. Si se quita demasiado material a los puentes, por ejemplo, se podrían deformar y perjudicar el funcionamiento del movimiento.
Con el Virtuoso XI, el movimiento fue concebido y diseñado específicamente desde el principio para tener suficiente espacio para grabar ambos lados de los puentes y placas, y espacio para admirarlos, y el resultado es excepcional. Más transparente que cualquier reloj que BOVET haya producido jamás, cada aspecto de este movimiento de alta relojería está a la vista.
El grabado a mano del Virtuoso XI tarda unas 60 horas en el movimiento y la caja Writing Slope. El grabado se realiza a mano alzada y no deja lugar a errores. Sorprendentemente, los grabadores, sentados tranquilamente en el taller bien iluminado, no parecen sentir ninguna presión, aunque cualquiera que los observe ciertamente sí la siente. Los artesanos se deleitan con la danza de sus herramientas mientras transforman un puente o una placa simple en un objeto de arte grabado. La decoración es el motivo Fleurisanne propio de BOVET, uno que la Casa ha utilizado durante décadas. Inspirado en el patrón de hojas de árbol de las columnas griegas de hace siglos, este tema es una de las firmas de BOVET. El nombre de este motivo recuerda que la Casa todavía se encuentra a un paso de donde fue fundada: un pequeño pueblo llamado Fleurier.
El movimiento tourbillon volante que impulsa este reloj excepcional cumple con los exigentes criterios de cronometría, confiabilidad y expresión de BOVET. Obtiene su energía de un solo barrilete que garantiza más de 10 días de reserva de marcha (240 horas, cuando el estándar de la industria es de 42 a 48 horas), todo ello manteniendo las oscilaciones del volante a 18.000 vph.
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